En medio de algunos nubarrones que asoman en los mercados de la cebada y el girasol, estos dos cultivos presentan ventajas tanto agronómicas como comerciales para ser evaluadas con profundidad a la hora de pensar las rotaciones.
Por Adrian Poletti
Ing. en Producción Agropecuaria (U.C.A). Postgrado en Agronegocios (Universidad de San Andrés). Titular de Incrementar Consultoría Agropecuaria. Asesor en cultivos especiales. Propietario de Ag-Trace Food.
En los últimos 20 años, la producción de cebada en Argentina aumentó en forma consistente; fundamenalmente, debido a las restricciones impuestas por el gobierno de turno respecto a la comercialización del trigo, pero también a partir de las ventajas agronómicas importantes que ofrece, como un menor ciclo, lo que permite implantar antes la soja, mejorar coberturas de suelo y lograr mayores pisos de productividad.
Pero era común escuchar sobre cebadas cerveceras que pagaban un premio importante, pero que luego tenían algún problema de calidad que las desmerecía y las convertía en forrajeras, con la consecuente perdida de valor del producto final. Como destino de exportación, Arabia era nuestro principal cliente.
La irrupción de China como destino paa la cebada y su voracidad importadora, llevó a equilibrar los tantos en el mercado interno, transformándose en el principal destino de nuestras exportaciones, lo que se maximizó a partir de la imposición de tarifas de ingreso a la cebada australiana, que fueron impuestas a partir de que el gobierno de ese país pidió que se investigara el papel que le cupo a China en la aparición del virus SARS Cov-2 que generó la pandemia del Covid-19.
Dicha controversia llevó a que Argentina no tuviera competencia en el hemisferio sur como proveedor al gigante asiático del cereal.
Hacia el 11 de Abril, en una nota publicada por Reuters, se publica que Australia alcanzó un acuerdo en la disputa con China respecto al comercio de Cebada entre ambos países.
Cuando las sanciones fueron impuestas, China pasó a comprar en mayor medida en Canadá, Francia y Argentina, mientras que Australia derivó su comercio hacia países de medio oriente. Esto está a punto de ser revertido. Australia cosecha en Octubre, llegando el producto hacia fin de este año.
En una charla con el consultor Enrique Erize de Novitas, me comentó que este rebalanceo va a ocurrir necesariamente y que el productor argentino debe evaluar también otras alternativas productivas de forma de diversificar su producción.
Esto no quiere decir que el comercio argentino de cebada se va a frenar, pero sin duda alguna se puede ralentizar dado que vuelve a haber un competidor principal en el mercado más importante de consumo de cebada a nivel mundial a muy corta distancia entre ambos países, con un transit time menor y con un tratado de libre comercio establecido entre partes durante 2021
LA OPORTUNIDAD
En mi opinión, esto no quiere decir que el cultivo corre riesgo de inviabilidad productiva y comercial, pero que su sobre producción puede generar problemas serios de rentabilidad y precios. Pero ante las crisis, siempre hay oportunidades y una de ellas es sin duda la que tienen los cultivos de legumbres en general y el de arvejas en el sur de la provincia de Buenos Aires, en particular.
El cultivo de legumbres de invierno en esa región provincial tiene las ventajas de poder rotar familias de herbicidas y principios activos, de forma de evitar el apilamiento de principios activos pertenecientes a la misma familia de herbicidas como son los ALS.
Por otra parte, permite una cosecha en la misma época que la cebada, pero con una mayor posibilidad de implantación de una soja de segunda o de un maíz temprano, cultivo este donde se manifiestan las mayores ventajas en la rotación.
Experiencias previas muestran un diferencial en la producción de soja de segunda, respecto a un antecesor trigo, de ocho quintales por hectárea, y de cinco a seis sobre antecesor cebada. Esto se debe a que el rastrojo de arveja no compite por el nitrógeno del suelo como lo hacen los cereales.
Desde lo productivo, el mayor problema que tienen las legumbres en general y las arvejas en particular es el control temprano de enfermedades del complejo Ascochyta y por otra parte la imposibilidad de convivencia con plagas como Pulgón Verde de los Cereales.
Por su parte, la oferta de maíces de ciclo corto que pueden ser implantados en forma tardía en la zona, hacen que las ventajas que se observan en el norte de la provincia respecto a la rotación arvejas – maíz puedan ser replicados en la zona centro sur, pero con dos ventajas fundamentales respecto a los antecesores cebada o trigo.
Un menor consumo de agua y una menor necesidad de fertilización la maíz, especialmente en lo referido al nitrógeno necesario para que el cultivo tenga la productividad deseada.
Desde el punto de vista comercial, hasta el año 2021, Argentina se logró posicionar entre los primeros 10 exportadores mundiales a partir de una gran producción de ese año. La apertura del mercado Chino para arvejas argentinas puso a ese destino como el mas importante luego de Turquía.
Por su parte, la utilización de arveja amarilla como complemento forrajero de alta calidad, hace que sea un cultivo de gran versatilidad comercial, ya que es ideal en la introducción y mejora de la eficiencia de conversión en rodeos lecheros, vaquillonas de entore precoz, cerdos destinados a la producción de fiambres, etc.
Lamentablemente la sequía extrema del año 2022 frenó el avance y limitó también la producción de semilla. Hoy las cartas estan ya definidas, pero es fundamental que para la campaña 2024 podamos aprovechar toda la potencia que el cultivo puede aportar a la rotación y al sistema productivo del centro sur de la provincia de Buenos Aires.
LA OTRA OPORTUNIDAD
Por otro lado, en los últimos tiempos se vio un derrumbe del valor del girasol, cultivo sumamente importante en la región.
Pero entre 2010 al 2012 se introdujo en la zona otro cultivo que mostró excelente adaptabilidad, logrando la mejor conjunción entre producción por hectárea y calidad cosechada del país: el garbanzo.
El problema es que las condiciones productivas son tan buenas, que también favorece la aparición de una enfermedad sumamente agresiva como Ascochyta rabiei o Rabia del Garbanzo. Y la presencia de este mal significó el fin del cultivo.
Pero una década después la realidad es otra: gracias a la investigación y al desarrollo genético realizado por la Universidad Nacional de Córdoba y el sector privado en cabeza de una empresa del norte de esa provincia, se desarrolló la variedad Gran 213, tolerante a Rabia. Esto es una gran noticia para una de las mejores zonas productivas del país, que no podía avanzar en su producción dada la limitante fitopatológica presente al momento.
La tolerancia no implica que no hay que tratar con fungicidas al cultivo, la ventaja es que nos permite poder cumplir con el presupuesto de fungicidas sin tener que hacer mas aplicaciones que las necesarias.
El posicionamiento del cultivo de garbanzo en el sur de Bs As es directamente como alternativa al girasol, con lo que compite por uso de suelo y recursos, ya que su siembra es a partir del mes de agosto y su cosecha hacia enero.
La ventaja que presenta respecto al girasol es que consume menor cantidad de agua que la oleaginosa, libera el lote en enero, lo que permite comenzar a juntar agua para la próxima campaña fina en forma mas temprana y deja un rastrojo menos problemático de manejar.
Si dentro de la rotación está incluido el cultivo de colza, es el mejor antecesor que se puede tener, dada la disponibilidad temprana de los lotes para su siembra.
CONCLUSIONES
Las legumbres invernales encuentran en el centro sur de la provincia de Buenos Aires un lugar ideal para su desarrollo productivo y comercial.
Es una alternativa muy recomendable para productores de esa región: la arveja amarilla es un cultivo sumamente versátil y altamente productivo.
Mientras que las arvejas verdes también muestran ventajas, pero son de mayor cuidado al momento de trilla ya que el blanqueo del grano es un problema comercial que afecta al precio.
Si, por otra parte, el productor tiene estructura para producir una especialidad de alto valor, el cultivo de garbanzo con las nuevas variedades tolerantes a Ascochyta rabiei es sin duda una alternativa productiva y comercial a tener en cuenta.
Las oportunidades sin duda alguna están, las aprovechan los que se preparan para ellas.
Fuente: Infocampo