La sequía que afectó a gran parte del área agrícola durante los últimos años, en combinación con heladas y olas de calor, generaron un impacto negativo en los cultivos de legumbres, con pérdidas productivas que llegan hasta el 90% en el caso de las lentejas, según estadísticas oficiales.

Si bien no hay ningún tipo de impacto para el mercado interno por el bajo consumo de este tipo de productos, sí se sentirá el cimbronazo en el sector industrial exportador, especialmente en quienes intervienen en la producción de arvejas, lentejas, garbanzos y porotos.

De todos estos temas se debatirá el próximo 4 de julio en Salta, durante la tradicional Jornada de Actualización Técnica y Comercial de Legumbres, que organiza todos los años la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA).

Según datos de la entidad, el consumo promedio de estos alimentos en el mundo es de aproximadamente 8 kilos per cápita, mientras que en Argentina alcanza apenas 800 gramos por habitante donde las lentejas cobran mayor preponderancia.

Por eso, el complejo de legumbres presenta un fuerte sesgo exportador y vuelca al mercado externo mas del 60% de lo producido. Adrian Poletti, asesor en el mercado de cultivos especiales y titular de Poletti y Asociados, explicó a Ámbito que “el mercado de las legumbres está en un buen momento, atraviesa la parte alta de la curva de precios. Seguirá así hasta fin de año y luego habrá que observar cómo evoluciona el valor de los oleaginosos, que son los principales cultivos que compiten por área de siembra en los países productores más importantes, que son los del hemisferio norte”.

Esta situación es determinante para comprender por qué nuestro país tiene una diferencia competitiva en términos agronómicos. Según Poletti, “en aquellos países la colza compite con las producciones de arvejas y garbanzo y la soja con los porotos. Nosotros no estamos en esa situación, en nuestro caso es una complementación, porque podemos sembrar garbanzo o arvejas y atrás hacer un maíz o una soja. Esa es una gran ventaja, pero nuestra debilidad es que estamos lejos de todos los mercados más apetecibles”.

Uno de los temas que mayor interés despierta entre los productores de legumbres esta relacionado a lo que vaya a ocurrir en el mercado, puesto que de ello depende a qué precios van a poder comercializar su producción. En este sentido, Poletti detalló que “la guerra en el Mar Negro provocó que los oleaginosos se dispararan y por ende aumentara su producción global.

Esos cultivos compiten con las legumbres, entonces cayó la producción y eso motivó un sostenimiento de precios que ahora podría verse impactado por la sequía en Estados Unidos, que marcará el precio de la soja”.

De todas maneras, las expectativas son alentadoras. Desde el sector aseguran que el año que viene es probable que aumente la producción de poroto, garbanzo, lenteja y de arvejas.

En cuanto al mercado interno, Martin Rosenhaguer, Gerente de CLERA, aseguró a Ámbito que “ese siempre fue uno de los objetivos de la entidad. Hoy vemos que el crecimiento en el consumo se ve en la necesidad de los consumidores de optar por dietas más saludables, como el veganismo, el vegetarianismo y en el aporte de proteínas sin grasas”.

La mayor demanda de este tipo de productos se dio durante la pandemia, cuando las familias se encontraron con más tiempo para cocinar y buscaron opciones más saludables. Hoy en día se normalizó el mercado luego de ese “estímulo artificial” pero quedaron inversiones en países productores como Estados Unidos o Canadá, que tendrán que esperar que el mercado global madure un poco mas.

Según Poletti, ese momento va a llegar y comenzarán a convivir -con mayor participación de las legumbres- ambas proteínas en las dietas, las de origen vegetal y las de origen animal”.

Fuente: Ambito