Patricio De Gaetano
Tras un veranito con récord de exportaciones ahora debe importar para abastecer el mercado doméstico. También afronta el desafío de sumar competitividad.
En contraste con el prometedor crecimiento de las exportaciones de legumbres en Argentina reportado en la primera el año pasado con un incremento del 85% siendo récord histórico, la situación actual presenta un panorama desafiante para el sector. La profunda seca puso sobre la cuerda floja al cultivo de legumbres, entre estas las lentejas, donde Santa Fe juega un papel fundamental concentrando casi la totalidad de la producción nacional sobre el corredor de la ruta 18. La situación obligó a aumentar la importación de este producto desde Canadá para abastecer al mercado interno y estiman que al menos hasta el año que viene se sostendrá esta tendencia.
“La situación es crítica por estos días, el proceso de siembra arrancó con perfiles bastantes justos de agua y se sembró en uno de los periodos más tardíos de la historia, en la primera semana de abril”, comentó a este medio Melisa Arribere, referente de Foreign Trade. “Hoy en día tomar el riesgo de vender sin los niveles de producción adecuados es bastante complejo, no se tienen datos exactos de rindes, tamaños y calidades. Habrá que esperar un poco a ver cómo avanza”.
Por su parte, Jorge Vidal, flamante presidente de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera) aportó que “la sequía provocó en términos generales una merma del 20 al 30 por ciento en la producción de lentejas en el país”. Al mismo tiempo, destacó sobre el comercio de las lentejas, que en la Argentina se producen solamente dos variedades, mientras que Canadá, principal productor del mundo, cuenta con una mayor variedad.
Esta limitación en la diversidad de las variedades de lentejas argentinas es uno de los factores claves que afectan a la competitividad en los mercados internacionales. A pesar de esto, en 2022 los datos duros arrojaron que las exportaciones de legumbres -que incluye con participación destacada a las lentejas- crecieron en torno al 85%. Entonces, ¿cómo se explica esa variación?
Mariano Díaz, titular de Matres Food, indicó que en la última campaña (2021/2022), se cosecharon alrededor de 90.000 toneladas, un récord para el sector y que a la vez constituye el mejor año de producción en 50 años, beneficiado por una gran cantidad de lluvias en la etapa justa del proceso productivo. “Generalmente el mercado interno demanda unas 35.000 toneladas, algo que se replicó el año pasado. El sobrante de producción se volcó entonces para la comercialización al mundo”, señaló Díaz explicando la buena perfomance de este producto el año pasado. “Ahora pasa todo lo contrario y estamos en la peor campaña en 50 años”.
En 2022 con buenos rindes, Argentina encontró a Brasil, Uruguay y Emiratos Árabes como los principales mercados para volcar el excedente productivo. En 2023 la sequía plantea un escenario totalmente distinto y los referentes del sector no piensan que se revierta al menos hasta el año que viene. A esto se debe sumar una cuestión más estructural: la lenteja argentina no es competitiva en el mundo por cuestiones de calidad.
“La lenteja que se produce en Argentina tiende a oxidarse y oscurecerse. A diferencia de las canadienses, que conservan su color verde original, las lentejas argentinas se ven afectadas por las características de los suelos y el clima local, tienden en poco tiempo a tomar una tonalidad marrón”, detalló Díaz y añadió “Esto genera una desventaja competitiva en los mercados internacionales”.
De todas formas, mercados como Brasil, valoran muchas veces más el precio que la calidad de las lentejas. Además, buscan tener disponible el producto en sus depósitos a los cuatro o cinco días y no esperar en promedio 60 días hasta recibir un cargamento desde Canadá.
En cuanto a las acciones para mejorar los rindes, la Secretaría de Comercio santafesina convocó días atrás a una misión justamente al país del norte, de la que participarán diez referentes locales del sector. Sobre este asunto, Arribere, de Foreign Trade, comentó que irán con un interés netamente técnico, enfocado en la biotecnología, y de importar know how para reforzar el engranaje productivo local.
A pesar de que la temporada parece asomar y las lluvias estarán más presentes en los próximos meses, se espera que los niveles de importación de lentejas más altos que lo normal continúen en el próximo año, en un esfuerzo por satisfacer la demanda local. Mientras el sector corre en la búsqueda de métodos más eficientes para mejorar la productividad, la exportación de este producto -salvo situaciones excepcionales- seguirá ocupando un lugar secundario.
Fuente: Puntobiz